¿Por qué soy profe de español?

Me gusta hacerme esta pregunta  en los momentos de frustración  o en esos momentos de inercia en los que me muevo por clase con el piloto automático en marcha; a todos nos ha pasado en algún momento ¿verdad? Pararme y reflexionar, recordar ese momento que está muy claro en mi memoria en el que pensé: “Esto es lo que quiero hacer” y el porqué, me ayuda a recuperar la ilusión y a darme cuenta de lo feliz que soy haciendo este trabajo. Enseñar español es una aventura maravillosa. Da igual la experiencia que uno tenga, siempre se aprende algo y no solo en lo que se refiere a didáctica, metodología o sobre la propia lengua sino que este trabajo me ha permitido conocer culturas diferentes a la mía como solo lo habría podido hacer viajando cuatro vidas. He conocido a personas increíbles, a algunas de las cuales hoy considero mis amigos. Me ha hecho conocer más profundamente mi cultura y no deja de maravillarme lo profundamente que está relacionada la lengua con la cultura en la que nace y se desarrolla; el español nunca sería lo que es hoy si hubiera ido de la mano de otra historia, de otra cultura, de otra sociedad. Es increíble lo que uno descubre cuándo investiga el origen de una expresión, de un refrán, cosas que no aparecen en los libros de historia pero que forma parte de nosotros. Otra cosa muy importante de mi trabajo es la lucha contra el tópico. Que no, que todos los españoles no nos echamos la siesta todos los días, que no somos unos vagos, que no nos pasamos la vida en la calle de fiesta y que no vamos del estadio de fútbol la plaza de toros. Que hay fiestas ancestrales más allá de San Fermín y la Tomatina, que nuestras playas son increíbles, pero nuestras montañas son espectaculares, que en este país hay valles escondidos repletos de románico y una catedral en cuyo pórtico está el único profeta sonriente del mundo, que el mejor restaurante del mundo está aquí y que el aceite de oliva que pagan a precio de oro no es italiano, no. Por último la que quizás es para mí la razón más importante para ser profesora de español y también la que me hace más feliz: Aprender español ayuda a muchas personas a vivir dignamente. Es cierto que la mayor ambición de muchos de mis alumnos es aprender a pedir una cerveza pero también hay alumnos que necesitan aprender español para estudiar aquí, o que necesitan el idioma para encontrar un trabajo, o para poder hablar con los profesores de sus hijos, o para ir al médico y, cuando al cabo del tiempo te encuentras con algunos de estos alumnos y te dicen que aprender español les cambió la vida, a mí se me olvidan los de la cerveza, y la frustración y el cansancio y me siento la reina del mundo porque hay al menos una persona cuya vida marcó para siempre todo ese esfuerzo.

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